Hoy en día es muy común ver a los niños resolviendo laberintos en hojas de papel y sabemos que hay grandes laberintos turísticos en varias partes del mundo, además de que los laberintos tienen varias menciones y significados en las leyendas de las viejas civilizaciones. ¿Pero cuál fue el motivo por el que se empezaron a usar?, ¿Conocemos todos los simbolismos y los usados que han tenido los laberintos con el pasar de los años?
Para saber más sobre la historia de los laberintos, sus simbolismos y los distintos tipos de laberintos que hay, a continuación hablaremos a fondo sobre el tema.
El origen de los laberintos
Se sabe que el primer atisbo de laberinto apareció muy temprano en los orígenes de la civilización. El primer laberinto (del que se sabe) data de la Edad de Bronce y se pueden encontrar algunos tallados en rocas en Pontevedra, así como en Val Camonica, Italia. En algunas ocasiones, presenta un par de ojos dibujados en el centro, como si se tratara de un rostro bastante siniestro.
En realidad, son demasiados los laberintos que se han encontrado en cantos rodados y en tumbas, pero distintas investigaciones han aclarado que es bastante difícil datarlos con mucha exactitud.
El principal simbolismo de los laberintos es un reto difícil por el que tenemos que pasar para poder llegar a nuestra meta. De ahí, en muchas ocasiones tienen un significado espiritual de mucha importancia en distintas culturas.
Para los cristianos, el laberinto simboliza el camino hacia dios. Otros han usado los laberintos para celebrar distintas ceremonias, rituales y danzas, o incluso se usaban para atrapar a los malos espíritus. Se creía que en los pasillos de los laberintos deambulaban almas en pena de personas que nunca pudieron encontrar la salida.
Los laberintos que eran construidos en los campos servían para que los jóvenes del pueblo compitieran entre ellos, y el ganador encontraba una hermosa muchacha en el centro del laberinto. Los laberintos más destacados que fueron hechos con plantas se encuentran en Inglaterra.
En los pueblos antiguos de Escandinavia, los pescadores entraban a los laberintos antes de partir al mar para poder encontrar vientos favorables que les garantizaran una buena pesca y regresar sanos a casa: ellos pensaban que los malos vientos se quedaban atrapados en los pasillos del laberinto. Hoy en día se pueden encontrar referencias de como los pastores de Finlandia entraban a laberintos para protegerse de los malos espíritus.
Del otro lado del mundo, en la llanura de Nazca en Perú, en México y en Brasil también se encontraron laberintos antiguos. Incluso hay algunos escritos sobre como los indios Hopi usaban los laberintos, los cuales eran llamados Tápu’at. Ellos usaban dos versiones distintas, en los textos se pueden ver bocetos de estos laberintos que usaban:
El de la derecha simboliza al Padre Sol y sus caminos representan la senda que debemos de seguir para dar vida. Mientras que el de la derecha, la Madre Tierra, tiene un laberinto dentro de otro laberinto, simbolizando a la madre y a su hijo en el interior del útero.
Distintos tipos de laberintos
Como mencione anteriormente, hay muchos tipos de laberintos en todo el mundo, los cuales simbolizaban distintas cosas para cada una de las culturas que los hacía.
A continuación te mostraré una clasificación que atiende a la forma y a la estructura con la que los laberintos fueron diseñados, estos dos tipos principales tienen varias variantes:
Laberintos Unicursales
Es un laberinto de 7 circuitos concéntricos. Este tipo de laberintos, independientemente del acabado (cuadrado o circular) están hechos basándose en una misma semilla, una figura geométrica inicial a partir de la que se empieza a trazar el laberinto.
Los siguientes son distintos tipos de laberintos unicursales:
Laberinto cretense
Este laberinto es del tipo univiario, generalmente en forma e ovoide y con una estructura bastante sencilla. Su nombre viene de la famosa leyenda del laberinto del Minotauro de Creta.
El laberinto lo podemos encontrar en monedas de Cnosos del siglo III A.C.
Laberinto romano
Este también es un laberinto univiario. En sus orígenes tenían una forma cuadrara que se dividia en cuatro cuadrantes en torno al centro y al final. Con el paso del tiempo, fueron cambiando hasta transformarse en círculos, pero con una estructura bastante similar a los originales.
[Imagen: laberinto romano]
Los romanos los usaron y adaptaron el símbolo de los laberintos, apareciendo en aceras, túnicas y pavimentos, pero la mayoría de ellos eran demasiado pequeños para ser recorridos a pie, solo eran para hacer ejercicios contemplativos.
Laberintos medievales
Tenían un diseño bastante complejo, estos laberintos representaban un modelo univiario y eran usados en los suelos de las catedrales. En la Edad Media los laberintos eran un símbolo de la fe cristiana mostrando la búsqueda del camino hacia la eterna salvación.
Laberintos Multicursales
La explicación más simple para este tipo de laberintos es: Un laberinto en el que te puedes perder. Estos laberintos, a diferencia de los unicursales, no tienen un único recorrido, sino que las decisiones que tomemos dentro de él pueden hacer que lleguemos al objetivo o que cada vez estemos más perdidos.
Un primer modo de clasificación hace referencia a la estructura del recorrido. Para este tipo de clasificación nos encontramos dos tipos:
- De conexión simple
- De conexión múltiple
Laberintos multicursales de conexión simple
Estos laberintos multicursales son más extendidos. Independientemente de lo complejo que pueda ser su diseño, hay una forma de resolverlos muy rápidamente, que es colocar la mano en una de las paredes y avanzar sin despegar esa mano de la pared. Simplemente siguiente ese camino se llega al centro del laberinto.
Este método de resolución es posible gracias a la “conexión simple” de los recorridos: el centro se encuentra rodeado de una sección de pared que tarde o temprano, y gracias a su conexión con las otras paredes, nos lleva hasta el perímetro.
Laberinto Multicursal con conexión múltiple
En estos laberintos no puedes llegar al centro con la técnica de la mano en la pared, ya que tienen “islas” que hacen que sea imposible llegar tan fácilmente, impidiendo que se pueda dar vueltas en el mismo trazado del bucle continuo.
El primer laberinto de este tipo es el de Chevening House, construido en 1820.